Francisco Molina / El ciudadano de a pie
En medio de una fuerte lucha por el control de la Comisión Municipal de Agua y Saneamiento de Xalapa (CMAS), entre el presidente municipal y el regidor primero, el sindicato mayoritario de dicha comisión se quedó sin liderazgo y de rodillas frente a la autoridad municipal. Algo que desde los diferentes puntos de la ciudad, los empleados del agua potable acusan en completa libertad, sin el miedo de ser escuchados por sus jefes.
Un sindicato de CMAS antes vigoroso y poderoso ha quedado soterrado después del fulminante cambio de comité sindical, para imponer a Roberto Méndez Castillo. Todo esto mediante una toma de nota bastante amañada (según las propias voces de los empleados) que autorizó la Junta Local de Conciliación y Arbitraje, dependiente de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social a cargo de María Guadalupe Argüelles Lozano.
Una nueva dirigencia sindical carente de fuerza y liderazgo para enfrentar a todos sus compañeros, pues nació desde las entrañas del gobierno del estado y no de la propia organización. Y es que para lograr su cometido, los funcionarios del ayuntamiento utilizaron todas sus influencias, pues de inmediato obtuvieron el visto bueno de Eleazar Guerrero, uno de los hombres más poderosos en el gobierno del estado de Veracruz; quien además es el primo incómodo del gobernador.
Así que aprovechando el tráfico de influencias con el que se rige el ir y venir del gobierno del estado, de inmediato surgió la orden para que Yazmín Zepeda Benavides (Jefa del Departamento de Registro de Asociaciones), autorizara la toma de nota del nuevo comité sindical.
Sin embargo, la lucha por el control de las voluntades de los empleados de CMAS no es para nada sencillo, pues los trabajadores no han dejado de cuestionar la imposición de la que fueron objeto, ya que ven con absoluta aversión que el amigo y protegido del primo del gobernador, el advenedizo Aníbal Pacheco López, esté manipulando a su antojo el destino del sindicato. Y todo con el cuento de que tiene el respaldo de la Confederación de Trabajadores de México (CTM). Aquí sería bueno preguntarle al Secretario General Víctor García Trujeque su opinión al respecto, pues Aníbal Pacheco ya se ve ocupando el puesto de alcalde en la próxima administración municipal.
Con todo lo anterior, no es difícil pensar que los problemas al interior de la CMAS y su sindicato continúen, pues el cambio de la Directora Administrativa ya se hizo efectivo, haciendo cada vez más evidente la lucha por el control de “la caja chica” del ayuntamiento. Donde todos buscan asegurar sus proyectos personales a futuro, de cara a los cada día más cercanos procesos electorales.
Lo que deberían de hacer en CMAS es ponerse a trabajar. Queremos que mejore el servicio y que bajen los precios por el uso del agua.
¡Si no pueden, que renuncien!