- “Ya no es el tiempo de Calderón ni de García Luna”, expresó en el Zócalo de la Ciudad de México.
- “Seguiremos contando con el apoyo del pueblo”, refiere convencido.
- Como en los viejos tiempos del priiato, aseveró: “Está asegurada la continuidad con cambio. No hay nada que temer”.
Nidia Miles / Enviada
Ciudad de México. – Desde el Zócalo capitalino, en el corazón de la Ciudad de México, en el marco del 85 aniversario de la expropiación petrolera, el presidente Andrés Manuel López Obrador lanzó un mensaje enérgico en contra de los intereses de grupos conservadores norteamericanos de intervenir en la vida pública de nuestro país.
“Desde aquí, desde este Zócalo, corazón político y cultural de México, les recordamos a esos políticos hipócritas e irresponsables que México es un país independiente y libre, no una colonia ni un protectorado de Estados Unidos, y que podrán amenazarnos con cometer cualquier atropello, pero jamás, jamás, permitiremos que violen nuestra soberanía y pisoteen la dignidad de nuestra patria”, dijo de manera enérgica y contundente.
“Ya no es el tiempo de Calderón ni de García Luna, expuso, ya no es el tiempo de los vínculos turbios entre el gobierno de México y las agencias del gobierno de Estados Unidos. Ahora no hay simulación, de verdad se combate a la delincuencia organizada y de cuello blanco, porque no hay corrupción, no hay impunidad, ni existen relaciones de complicidad con nadie”, dejó en claro.
Fue en el cierre de su mensaje cuando hizo este llamado ante medio millón de mexicanos congregados en el Zócalo de la Ciudad de México: “No puedo dejar de mencionar que en los últimos días algunos legisladores de Estados Unidos, acostumbrados a ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio, en plan propagandístico, diríamos aquí en lenguaje coloquial ‘con grilla’, y con fines electoreros, politiqueros, sostuvieron que, si no deteníamos el tráfico de fentanilo hacia la frontera norte, que ellos iban a proponer al Congreso de su país que ocuparan soldados norteamericanos en nuestro territorio para enfrentar a la delincuencia organizada”.
SEGUIREMOS CONTANDO CON EL APOYO DEL PUEBLO
En el penúltimo cierre de su mensaje, el jefe de las instituciones del país, se dijo convencido de seguir contando con el apoyo del pueblo para consolidar la primera etapa en la transformación de nuestro país.
“También estoy convencido que cualquiera de los aspirantes que resulte triunfador en la encuesta para elegir al candidato de nuestro movimiento aplicará la misma política en favor del pueblo y en favor de la nación.
Está asegurada la continuidad con cambio. No hay nada que temer”.
“Eso sí, tenemos que mantenernos unidos, mirando siempre hacia el porvenir y la felicidad de nuestros semejantes, trabajando desde abajo y con la gente, y sin descuidar la estrategia que llamamos acertadamente la revolución de las consciencias para continuar avanzando en el cambio de mentalidad, para seguir politizando a nuestro pueblo y, de esa manera, con un pueblo cada vez más consciente, y en eso hemos avanzado mucho, México es de los países con menos analfabetismo político en el mundo”.
“Con esa consciencia vamos a seguir, con esa consciencia colectiva vamos a seguir contrarrestando la guerra sucia, las campañas de calumnias y los intentos de manipulación que seguirán llevando a cabo, porque no les queda de otra nuestros adversarios y sus medios de información, vendidos, alquilados o en manos de los miembros del bloque conservador y corrupto, pero al mismo tiempo debemos tener fe en la sabiduría y en la lealtad del pueblo; el pueblo no traiciona”.
“Recordemos que el triunfo de la reacción, como decía Juárez, es moralmente imposible. Estamos constatando que la idea y la práctica de exaltar el humanismo mexicano es eléctrica y está llegando a la consciencia de millones de personas. En eso baso mi optimismo”.
“Y aun cuando en política es más peligroso subestimar la fuerza de los adversarios que sobreestimarla, sostengo que hagan lo que hagan no regresarán al poder los oligarcas, continuará prevaleciendo en nuestro querido México una auténtica y verdadera democracia”, asentó.
LA POLÍTICA NECESITA RACIONALIDAD, MÍSTICA Y CONVICCIONES
Luego de referir el papel histórico de Francisco I. Madero y del General Lázaro Cárdenas, apuntó: “La política —que se oiga bien, que se internalice, que se oiga lejos—, la política no sólo es racionalidad, también, como otras actividades de la vida, necesita de mística y de convicciones. Los procesos políticos son más complejos de lo que suponen los intelectuales racionalistas; en los procesos políticos intervienen también factores como la suerte, la genialidad de los dirigentes y los sentimientos del pueblo”.
“El general Cárdenas, a diferencia de políticos arribistas o de la élite, profesaba un sincero y profundo amor al pueblo. Así como no hay nadie con la vocación democrática de Madero, tampoco ha existido en México un presidente tan cercano a los humildes como el general Cárdenas, ni tan convencido de la causa de la justicia social”.
“Por ejemplo, ya siendo presidente, ya en el poder, en 1935 escribió en sus apuntes lo siguiente: ‘Acabar con las miserias que sufren las gentes está por encima de todos los intereses’”.
“Y sostenía: ‘Viviendo junto a las necesidades y angustias del pueblo, se encontrará con facilidad el camino para remediarlas’”.
“Aunque también confesaba con sabias y tristes palabras que había podido conocer el verdadero fondo moral de muchos servidores públicos: ‘Al observar en sus semblantes el disgusto que les causa la demanda de auxilio o de justicia de las gentes pobres; entonces pienso más —se lamentaba— en la tragedia interminable de nuestro propio pueblo’”.
“Para los jóvenes que quieren dedicarse al noble oficio de la política, lo principal es el amor al pueblo”.
“Además de ser un auténtico humanista y de poseer otras virtudes, el general Cárdenas supo manejar con precisión los tiempos. Política, entre otras cosas, es manejo de tiempos, asunto que suele resultar esencial y definitorio”.
“Unos días antes de anunciar la expropiación petrolera anotó en sus apuntes que, sobre la carretera en las cercanías de Cuernavaca, caminó y platicó durante más de una hora con su maestro, amigo, compañero y paisano, el general Francisco J. Múgica. Cito al general Cárdenas, dice:
‘Hicimos consideraciones de las circunstancias que podrían presentarse si gobiernos como los de Inglaterra y Estados Unidos, interesados en respaldar a las empresas petroleras, presionaban al gobierno de México con medidas violentas, pero tomamos también en cuenta que se presenta ya la amenaza de una nueva guerra mundial, con las provocaciones que desarrolla el imperialismo nazifascista y que esto los detendría de agredir a México en el caso de decretar la expropiación’”.