Agustín Basilio de la Vega
En México, la salud es un derecho humano que debe garantizar el gobierno, pero eso no ocurre en la realidad. Por el contrario, han aumentado las personas que no tienen acceso a los servicios de salud. La presente administración de López destruyó el Seguro Popular y en su lugar creó el INSABI que fue un fracaso rotundo al grado que fue desaparecido por ellos mismos.
Según cifras de la Organización Mundial de la Salud al 20 de mayo de este año, en México han muerto 334 079 personas por COVID. Los mensajes absurdos de que “no pasa nada”, “hay que abrazarse” “a los honestos no les da COVID” y la negativa a usar cubre bocas son sólo unas de tantas pruebas de la incompetencia para atender con responsabilidad la pandemia por parte de las autoridades actuales.
En lugar de atender en serio la cuestión, el gobierno ha provocado que no se den abasto los hospitales y que exista carencia de medicinas haciendo que las personas acudan a servicios privados. Para colmo, el presidente promete de manera ruin que los servicios de salud serán como los de Dinamarca.
Para que de verdad se resuelvan las carencias y falta de servicios en el IMSS, ISSSTE y demás servicios públicos de salud, se necesita dejar de tirar dinero en trenes, refinerías y aeropuertos que no están bien planeados y que no sirven, así como destinar más recursos para hospitales y clínicas públicas y hacer que participen los particulares con servicios subrogados.
Es fundamental que los servicios de atención médica sean otorgados por las entidades federativas y estén sujetas a la supervisión y control de cuerpos técnicos regionales y nacionales y de las áreas normativas del ámbito federal. Y en el ámbito nacional, reconstruir el Seguro Popular para perfeccionarlo e incrementar la cobertura que tenía cuando lo destruyeron.
Todo mexicano, para mejorar realmente su calidad de vida presente y futura, requiere contar con un adecuado servicio de salud, vivienda digna y un sistema eficaz de pensiones. Las instituciones de seguridad social son organismos insustituibles que no deben destruirse por razones ideológicas, sino que, por el contrario, es urgente asegurar su viabilidad financiera, su eficiencia y en especial su cobertura en zonas urbanas y rurales.
Las soluciones reales no consisten en destruir “seguros populares”, “instituciones” o “AFORES”, sino en generar condiciones legales y económicas para que se perfeccionen y cada día sean más eficaces.
Twitter @Basiliodelavega
29 de mayo de 2022